Q+A : Designer Guillermo Santomá

August 4, 2019

Preguntas y respuestas: diseñador Guillermo Santomà

El diseñador Guillermo Santomà trabaja el aluminio con RIMOWA.

 

El diseñador español Guillermo Santomà cree que «crear es destruir» y, con ocasión de la Semana del Diseño de Milán 2019, el artista barcelonés se ha asociado con RIMOWA y con KALEIDOSCOPE, revista de arte contemporáneo y estudio creativo, para dar luz a un proyecto multiplataforma en el que explora el emblemático aluminio de RIMOWA.

 

A base de fusionar su sentido del color y el juego con una sensibilidad por los materiales y procesos industriales, Santomà crea objetos surrealistas y espacios a medio camino entre el arte y la funcionalidad.

 

Su nueva instalación en Spazio Maiocchi, llamada «GAS» en honor a la emblemática serie «Twentysix Gasoline Stations» de Ed Ruscha, se inspira en la idea de una gasolinera conceptual y está montada sobre un coche totalmente operativo personalizado con el aluminio de RIMOWA y convertido en una escultura de luz y sonido.

Antes de que se terminara de colocar el aluminio, nos reunimos con Santomà para analizar su visión y proceso en profundidad.

 

 

 

 

¿De dónde es usted? ¿Cómo influyen sus orígenes en su práctica artística?

 

Nací y me crié en Barcelona, para nada en un ambiente artístico, aunque acompañado de la sensibilidad por la pintura y la escultura y, sobre todo, de la naturaleza. Recuerdo que con quince años quería iniciarme en algún tipo de práctica artística, aunque acabé estudiando ingeniería y arquitectura. La lectura me ha acompañado siempre, unificando todo lo que hago.

 

 

En general, ¿cómo se manifiestan la arquitectura y el entorno urbano en sus creaciones?

 

Nuestra sociedad vive en la ciudad. Después de la Revolución Industrial, la gente se trasladó a la ciudad y creó esta naturaleza artificial. El terreno natural original, ya abandonado, es una especie de melancolía que influye en nuestras formas de crear, sin ser popular. Como el paisaje del momento, la fascinación que genera lo urbano traspasa las fronteras y se centra mucho más en las relaciones que se entablan. Ahora mismo, sin mirar al pasado, la tecnología ha borrado los recuerdos.

 

 

 

¿Cómo es su relación con los viajes? ¿Cómo considera que influye en su trabajo el hecho de habitar nuevos lugares y conocer nuevas comunidades?

 

En el pasado, se pensaba que los coches volarían. Yo no creo que eso ocurra nunca, incluso los aviones dejarán de existir, mire el Concorde.

Al igual que pasamos del campo a la ciudad, dejaremos la ciudad para vivir en un viaje continuo. Me interesa la idea del nómada contemporáneo, capaz de desplazarse por el mundo sin levantarse del sillón de casa.

 

Hay más posibilidades de conocer nuevas comunidades e influencias sin desplazarse que saliendo a buscarlas. Evidentemente, siempre se puede diferenciar entre los viajes comerciales y los personales.

 

 

 

Usted vive y trabaja en Barcelona, su ciudad natal. En ella ha diseñado su propia casa sobre un edificio de 1920. Se trata de un diseño arquitectónico ampliamente publicado y aclamado. ¿Puede hablarnos del proceso de construcción de este hábitat de ensueño?

 

Del mismo modo que no se pueden controlar los sueños, hay algo de ese estilo en la construcción. Aunque parezca que puedes darle forma, se te escapa, pero una cosa lleva a otra.

Lo más interesante es cómo se combinan las épocas, cuando se consigue hacer algo que encaja en el momento. Mientras que la casa original pertenece a una corriente fácil de circunscribir en el tiempo —el Novecentismo—, la nueva, aun sin poder etiquetarla, es fiel a nuestros días.

Concibo la casa como una pieza, una construcción performativa que, al hacerla uno mismo, permite asumir riesgos que no se podrían tomar sin estar presente las 24 horas en la obra.

 

 

 

¿Cómo han influido en su trabajo la ciudad de Barcelona y su patrimonio arquitectónico?

 

He vivido siempre en un edificio de Coderch. La entrada al edificio y su garaje me marcaron inconscientemente. Cuando un día descubrí bien el trabajo de Coderch, entendí todo lo que había estudiado.

 

Mi maestro es Miralles, no hay nada que me haya emocionado más que sus edificios. Me gusta que ahora, medio en ruinas, se desintegren y se mezclen con el nuevo ecosistema urbano. Creo que es uno de los grandes, lo veo más cerca de Gaudí que de ningún otro. Sus obras más cercanas a la ciencia ficción me interesan como pensamiento.

 

 

 

Por otra parte, su estudio está ubicado en una nave de una zona industrial en Barcelona. En él trabaja con Jordi, su mano derecha, y un pequeño equipo. ¿Qué puede decirnos sobre este ambiente de trabajo y su proceso laboral?

 

Comentamos mucho el proceso. Nos gusta hablar de las películas que vemos, compartimos publicaciones de Instagram, escuchamos música y leemos libros de nuestro interés.

El trabajo nos interesa hasta cierto punto. Está claro que es la plasmación de ese pensamiento, pero no puede hacerse a la inversa.

No tenemos miedo de hacer cosas; tarde o temprano se encuentran soluciones para todo.

 

 

 

Su obra se sitúa en una peculiar zona liminar donde se cruzan el arte y el diseño. ¿Qué opina sobre estas disciplinas? ¿Qué lugar ocupa la funcionalidad en los objetos que crea?

 

Obviamente, hay una influencia muy clara de estas dos disciplinas, pero no particularmente. Dentro de esta nueva naturaleza, no se puede escapar de las influencias.

Me interesa el pensamiento como disciplina, como lo único capaz de generar un lenguaje. Más allá de la profesión o el trabajo que uno ejerza, lo importante es conocer la historia para formar parte del diálogo.

 

 

 

¿Qué tipo de materiales le gusta más utilizar en su trabajo y por qué?

Entiendo mi trabajo como un material, no al revés. La materialidad me interesa para conseguir contar lo que quiero. No tengo interés en repetir materiales ni procesos.

El acercamiento al material se produce en el marco de un diálogo, de una evolución de una pieza a otra llena de avances y contradicciones.

 

 

 

¿Puede describir la nueva instalación que está creando por medio de integrar componentes y aluminio de RIMOWA? ¿Cómo se inspiró en este icono del diseño?

 

Como amante del diseño, me fascinan las industrias que son capaces de desarrollar un producto, el cual, en muchos casos, está tan cerca de un trabajo artístico como cualquier otro.

Utilizar una fábrica para desarrollar un producto es el sueño.

Me gusta trabajar con materiales industrializados, utilizarlos para algo no habitual, pero respetando su forma.

No puedes pedir lo que no puedes ofrecer, pero si fuerzas los límites, descubres cosas que ni el propio material podía imaginarse.

 

 

 

La pieza central de su instalación es un coche totalmente operativo, si bien escultural, fabricado con material RIMOWA. ¿Qué le fascina de la cultura de los coches personalizados y de la idea de la velocidad?

 

La imagen de la velocidad es la misma que la de un vehículo accidentado.

Pienso en la novela Crash de Ballard.

La imagen siempre provoca algo que puede suceder. Del tuning me interesa su capacidad de transformar, ese tipo de competición estética que es mucho más personal que comprarse un Ferrari. Aunque tunear un coche cuesta dinero, es más personal que comprarse un vehículo de serie. Preferiría diseñar un Ferrari que conducirlo.

 

 

 

¿Tiene algún héroe o mentor?

 

No recuerdo a ningún mentor. Me interesa saber cómo piensa la gente, porque a eso se reduce su forma de actuar, es lo que te hace pasar rápidamente de un lugar a otro, porque tu pensamiento también se mueve.

Me gusta más cualquier personaje de ficción que los reales. También algunos que crean ficción a partir de su realidad.

 

 

 

¿Cómo ve el futuro de la creatividad?

 

Va a ser siempre igual. Es la capacidad de crear un lenguaje para que las relaciones sean diferentes, crear nuevos escenarios y mostrar que existen diferentes formas de vivir.

 

 

 

Para obtener más información sobre la instalación de Guillermo Santomà para la colaboración RIMOWA x Kaleidoscope en la Semana del Diseño de Milán, consulte nuestro Instagram. Esta entrevista forma parte de nuestra colaboración con la revista milanesa de arte contemporáneo y cultura visual Kaleidoscope, que celebra la materialidad del aluminio estriado característico de RIMOWA.